Italo Salas se decidió a postular a esta empresa por recomendación de un amigo. Casi una década después asegura que LBI no solo le cambió la vida a él sino a todos sus compañeros. Una experiencia que ahora está cambiando por emprender un viaje al extranjero para laborar como conductor de carga en Europa.

Afirmó que sintió mucha nostalgia al dejar LBI, sobre todo por el ambiente de camaradería; “aquí todo el mundo me conoce, los voy a extrañar”, dijo al indicar que se le presentó la oportunidad de trabajar en Andalucía, España y que, si bien tuvo algunas dudas, decidió ir en busca de “aventura” y mejorar su calidad de vida.

Desde los 22 años trabaja conduciendo; estuvo 17 años, en el transporte informal, cubriendo una ruta desde el norte hasta el centro de la ciudad de Lima. Aseveró que en ese entonces compartía poco tiempo con su familia. “Así es en la calle”, expresó en referencia a que debía trabajar desde las 4 de la mañana hasta las 10 de la noche, todos los días, para poder sustentar sus gastos.

“LBI cambió mi vida, me brindó la posibilidad de estar más tiempo en mi casa, con mi familia, fue un cambio rotundo”, dijo. Al tiempo que aseveró que ese es el aspecto más valorado por sus compañeros y el motivo principal por el cual se quedó estos años en la empresa.

Inició sus labores en el Patio de maniobras, donde estuvo tres meses; posteriormente se desempeñó como Piloto de bus alimentador por un año y luego ascendió a Piloto de bus articulado. La experiencia de movilizar personas lo hacía sentir “contento” por tener bajo su responsabilidad tantas vidas. “En promedio llevaba unas 180 personas por cada viaje, entre esas: todo tipo de profesionales, que trabajan diariamente por el Perú”, reiteró.

Agregó que esta experiencia fortaleció su sentido de responsabilidad porque cada día, en sus manos estaba el destino de los usuarios diariamente. “La empresa me hizo más responsable, ese es el punto más importante”; una cualidad que piensa le ayudará en el reto que iniciará en el extranjero.

Expresó también que una de las cosas que lo hacía sentirse orgulloso de pertenecer al Metropolitano era usar el uniforme, sobre todo la corbata. “Me sentía muy contento de caminar por la calle con mi uniforme”.

La “oportunidad de ir a navegar el mundo”

Su esposa y su hija son su principal motivación para emprender su viaje, espera tener una grata experiencia en el extranjero, para llevarlas pronto. “Yo soy aventurero, quiero ir para ver cómo es allá”, afirmó. Asimismo, destacó que está muy ilusionado por conocer “otro mundo”.

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